El Escorial El Panteón de Reyes Rafael de Penagos 1929

Que lejos estaba EL Escorial de El Pardo cuando los Reyes de España eligieron a uno como su mausoleo y lugar de descanso final, al otro para vivir y recrearse.

Hoy, muchas parejas que planean casarse pueden recorrer en una mañana las fincas de la zona de El Escorial y de El Pardo. La finca El Pendolero esta entre estas dos grandes propiedades de Patrimonio Nacional, pero tanto geográficamente como por su vocación de lugar festivo y de recreo, mucho mas cerca de El Pardo.

Y como caracteriza Penagos aquellos años veinte!!..

“Las señoritas de Penagos” no se sabía si inspiraban al dibujante o si era el dibujante el que las inspiraba a vestirse como Coco Chanel.

Llegó Rafael Alberti a Madrid y exclamaba poéticamente…

Llegué a Madrid. Yo venía del mar de Cádiz. Y ví, ¿qué vi, qué es lo que veía? Un Madrid lleno de ti. Vestidas o no, risueños finos, gráciles halagos, nuevas mujeres, ensueños de Rafael Penagos. ¿Qué vi, qué es lo que no vi?

El aire lleno de ti.

Bomba Bloch No necesita engrase

Este cartel español anunciaba una bomba de riego “Bloch”, y apareció olvidado en un armario de Pendolero.

Seguro que a Julia Herrera le hubiera gustado ver un jardín como este alrededor de su casa, pero el clima, la falta de agua, la guerra y otras calamidades del XX retrasaron unas décadas la consecución de ese objetivo.

Sí llego a haber en Pendolero lilas abundantes que se distribuían por los jarrones de la casa, aromatizándola. Una acacia casi centenaria, un original acerolo y las encinas naturales fueron los únicos supervivientes a la funesta década de los treinta.

En 1985 se volvió a invertir a fondo en riego, plantas y otras mejoras de jardinería. Porque, ahora a la jardinería le llaman paisajismo, pero el paisaje en Pendolero no es mejorable.

La señora que pasea su gran danés con sombrilla sigue las tendencias de aquella “Belle Epoque”, aunque le falta llevar capota, en vez del parasol.

Después del baile. Ramón Casas.

Cartel para la revista de arte “Pel y Ploma”

Que guapa es y que bien lo ha pasado esta joven durante el baile.
Igual que más de diez mil personas que participan en las celebraciones de Pendolero todos los años.
Después del baile, cansada pero contenta, reclinada en el sofá, tan elegante.
Y la musa de Ramón Casas era casi siempre Julia Peraires. Julia, nombre indisociable a Pendolero, por Julia Herrera que construyó la casa y la vivió durante setenta años. Julia, es un nombre que hoy resuena a diario en estas paredes.

Y este cartel es verde, el color que inunda todo el Pendolero, verde pardo hasta el horizonte sur, verde velázquez hasta la sierra norte, verde carruajes en persianas y todos los hierros, verde lavanda fundiéndose con el cielo, y verde tomillo por todos los interiores.

Wengen Palace Hotel

Un hotel en las montañas nevadas. Nevadas como el Guadarrama todos los inviernos.
Hay hoteles de cinco estrellas, y hoteles con todas las estrellas del cielo para ellos solos.
A esos se les llamaba en Europa Palace Hotel.

Si durante una fiesta en Pendolero quieres hacer algo distinto, sal a las terrazas. Pocos sitios quedan en Europa donde las estrellas destaquen tanto contra la oscuridad que proporciona el aislamiento. Estrellas que se funden con las miles de luces de las ventanas de Madrid. ¿Será una de esas luces la de tu cuarto?

Lugano, Palace Hotel

Grandes casas destacando en el paisaje circundante. Edificios palaciegos abiertos al público, para celebraciones, para alojamientos, para el disfrute de las personas.
Un edificio en una gran ciudad europea, cosmopolita y sofisticada como son Lugano y Madrid.
Un cartel de fuertes contrastes y marcas, solo en dos colores, rompedor en su día como lo fue la casa de Pendolero.

Cartel en dos verdes, verde primavera, y verde pálido, llamado también amarillo.

Gleneagles, Palace Hotel, 1919

Un hotel en las tierras altas de Escocia, y un cartel editado para su inauguración en 1919.
El Gleneagles ha demostrado durante noventa años que la sofisticación y la cultura no es patrimonio de lo urbano, y que los mayores lujos son los grandes espacios, el silencio, el campo y la naturaleza.
Los lujos que el Pendolero ofrece a manos llenas.

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