Nuestra boda se celebró el pasado 11 de junio, una fecha que jamás olvidaremos gracias al equipo encabezado por Marian, a quien tuvimos el placer de conocer en agosto de 2021.
Me remonto a agosto del año pasado porque fue cuando le pedí matrimonio a mi mujer, Cristina, en un enclave maravilloso como es Lanzarote.
Nos fue muy fácil la elección de El Pendolero porque Cristina había visto la finca en redes sociales, en mi caso la conocía por familiares y amigos.
Cristina contactó con El Pendolero a primeros de mes de agosto, para conocerla y saber disponibilidad y cual fue nuestra sorpresa que Marian nos contestó a los pocos días de enviarle el email.
Nos vimos el 28 de agosto, Marian nos recibió en el jardín de la finca y la verdad que el trato fue muy cercano. Habíamos leídos unos días antes opiniones de novios que se habían casado en El Pendolero y que resaltaban entre otras cosas el trato con Marian. Podemos decir que estamos totalmente de acuerdo porque con nosotros fue así.
Nos enseñó la finca, un espacio de ensueño con unas vistas impresionantes al monte del Pardo y a la capital desde su terraza, un espacio rústico y campestre con un estilo vintage poco visto hoy en día y eso era lo que Cristina y yo buscábamos.
Desde el primer momento supimos que era allí donde queríamos celebrar el día más importante de nuestras vidas. Fue la primera y única finca que visitamos.
Marian desde el primer momento supo tratarnos y escucharnos, sobre todo con algunas peticiones que le hicimos y también destacar que nos ayudó en todo momento, desde ponernos en contacto con proveedores, hasta el día de la boda. Todo fueron facilidades y comodidades.
Todas las dudas que nos iban surgiendo se las comentaba a Marian y siempre fue muy resolutiva con todo y sobre todo muy paciente con nosotros.
Menciono a los proveedores porque El Pendolero no trabaja con cualquier empresa y eso se nota, el catering estuvo a cargo de El Laurel, para nosotros lo mejor de lo mejor. Profesionales, atentos y cariñosos, tuvimos la suerte de conocer a Cari y la verdad que la experiencia con ella increíble. Todos nuestros invitados nos felicitaron por el buen servicio que tuvieron. La cena fue espectacular y los camareros muy atentos.
El día de la boda no hubo ningún fallo, estuvo Nacho como responsable de que todo saliera bien y así fue. Queremos destacar la figura de Nacho que lo hizo todo muy fácil, un auténtico profesional.
Las luces y sonido estuvieron a cargo de Luces de Cuento, otra empresa que trabaja con el Pendolero y que nos trató de maravilla.
Luis fue con la persona que hablamos durante todo el transcurso de la preparación de la boda y con él fue todo muy fácil. Tanto el diseño de la cabina como el rincón que nos hizo personalizado para fotografías, como las luces del salón comedor y jardín fueron de cuento.
Por todo ello, quiero agradecer a Luces de Cuento, El Laurel y El Pendolero por el trato y la profesionalidad que demostraron durante todo el proceso de la boda, desde el primer día hasta el último. Por su cariño y compromiso con nosotros.
Por último, quiero dar las gracias a la familia Maura por su amabilidad y trato ya que el día de la boda bajaron al Hall de la finca una becada naturalizada por mi abuelo.
Carlos Benedito Ramos