Nosotros nos casamos el 19 de julio de 2013. El sitio nos encantaba, sólo nos preocupaba el tema de la comida. La degustación nos tranquilizó, porque todo estaba riquísimo. Los canapés del cocktail impresionantes, ricos,originales y muy elegantes. Aún así, nos preocupaba que el día de la boda no estuviera todo tan bueno.
No os preocupéis, porque el día de la boda todo estaba tan bueno como en la degustación. Elegimos un primero un segundo y un postre porque nos aburren las bodas en las que la cena se prolonga demasiado. Fue más que suficiente.
En el cocktail había canapés y bebidas de sobra todo el tiempo. No hizo falta «asaltar» a los camareros como habíamos visto en otros sitios.a nadie le faltó de nada.
El banquete fue en el invernadero,que con la luz de la noche estaba precioso. Un diez al servicio, la presentación y la rapidez. Empezamos a las 10 y a las 12 ya habíamos terminado y se abrieron las barras,; así, evitamos la sobremesa eterna que tanto temíamos. Los camareros servían el plato a la vez a todos los comensales, impresionante. Elegid la tarta árabe para el postre, fue un exitazo.
El baile lo hicimos dentro de la casa, aquí pedid que pongan las máquinas de aire acondicionado en la pista desde el principio, porque a pesar de ser las 12 de la noche en la pista de baile hacía mucho calor. Cuando pusieron las máquinas de aire la cosa mejoró bastante.No os preocupéis por la iluminación de la pista, con la luz natural que entra por el techo y los globos regulables queda precioso y no hace falta poner nada más.
Sobre el sitio no digo nada porque es precioso, todo el mundo quedó encantado con el lugar.
Felicitamos a Marian de Arenaza y al maitre por su excelente labor. Consiguieron que todo saliera perfecto.
Guardamos un gran recuerdo y estamos deseando volver a ir a alguna otra boda al pendolero. Si estáis dudando entre varios lugares, os lo recomendamos!
Agnieszka y sergio